¡Buenas noches, amig@s! Cuando os preguntaban de pequeños qué queríais ser, ¿queríais ser una sola cosa o muchas? ¿Habéis tenido problemas para elegir carrera o profesión? ¿Hay muchas cosas que os llaman la atención pero, después de haberlas estudiado durante un tiempo y considerando que ya sabéis suficiente, dejan de interesaros y necesitáis emprender con otra cosa? ¿Os han dicho alguna vez que tenéis que centraros y elegir de una vez? ¿Sentís que sois aprendices de todo y maestros de nada? ¿Que no encajáis en ninguna parte? ¿Incomprendidos? ¿Machacados y presionados? “Pero, si todo se te da bien, a cualquier cosa que escojas sabrás sacarle partido”, “¡Decídete ya que tienes treinta años y de algo hay que trabajar!” Si alguna vez os han dicho o habéis sentido alguna de esas cosas, bienvenido al club, amigo/a.

La escuela no está preparada para nosotros ni tampoco el sistema educativo y, si me apuras, el mercado laboral tampoco lo está. Se premia a los especialistas, a los que son buenos en un solo campo. Eso es también lo que se exige cuando buscas trabajo, también son esos los alumnos aplaudidos en colegios e institutos. “Culo inquieto”, “cata caldos”, “culo de mal asiento”… En fin, apelativos tan cariñosos son, en muchas ocasiones, los que nos definen y nos convierten en personas que nos sentimos defectuosas e insatisfechas; frustradas, agobiadas y aisladas de un mundo que no nos entiende y que tampoco nos valora. En el Renacimiento, las personas como nosotras, eran ensalzadas, queridas y reclamadas, por ejemplo, Leonardo Da Vinci. Y dos ejemplos más recientes de personas exitosas y multipotenciales son Steves Jobs (creador de Apple) y Oprah Winfrey. Newton lo era y también Aristóteles o Eleanor Roosevelt o Hipatia de Alejandría… No somos raros, no somos peor que el resto y no nos pasa nada malo. Es solo que nuestro cerebro funciona de forma diferente. Que nuestra curiosidad es infinita actuando como motor de arranque para lo que será la siguiente aventura.

Lo más efectivo para una empresa sería unir a uno o varios especialistas con un multipotencial. Esa combinación sería perfecta para tener muchas más posibilidades de alcanzar el éxito. Pero es algo que, en la mayoría de los casos, todavía no se contempla.

Gracias a Emilie Wapnick (la chica de la charla TED que tenéis en el vídeo de cabecera y que os recomiendo que veáis, no es largo) hemos sido etiquetados de nuevo (una etiqueta que, lejos de ser fuente de conflictos con uno mismo, nos ha liberado dándonos un nombre y un lugar en el mundo) y ahora podemos comenzar a trabajar con nosotros mismos, a ver nuestras posibilidades y lo que nuestras habilidades nos ofrecen, lo que podemos conseguir por ser como somos. Dejar de sentirnos mal por haber cursado una carrera y no querer dedicarnos a ella, por ser más felices aprendiendo multitud de cosas en vez de una sola.

Tres de nuestras habilidades son estas:

La síntesis de ideas. Es decir, la combinación de dos o más campos y la creación de algo nuevo en la intersección de estos que es donde surgen las nuevas ideas.

El aprendizaje rápido. Cuando nos interesamos por algo nos ponemos rápidamente a ello aprendiendo deprisa y haciéndolo bien puesto que rara vez partimos de cero y, además, estamos cómodos siendo primerizos en algo puesto que va ligado a nuestra naturaleza.

La adaptabilidad. Tenemos la capacidad de asumir varios roles dependiendo de las necesidades, algo que en la actualidad es importante si quieres prosperar.

Aquí tenéis un par de artículos que hablan sobre el tema y que pueden ofreceros más información:

¿Eres multipotencial y todavía no lo sabes?

¿Qué significa ser una persona multipotencial?

Y un vídeo:

Multipotencial: la naturaleza de la gente multidisciplinar

Espero que este artículo os haya ayudado, tanto si sois multipotenciales como si sois padres o hermanos o amigos de multipotenciales. Deseo que sirva para que volváis a confiar en vosotros, para que, como dice Emilie Wapnick, comprendáis que en las intersecciones es donde se encuentra la innovación y logréis crear a partir de estas un trabajo a vuestra propia medida. ¡Nos vemos!