¡Buenos días, amigxs! ¡Música, música, música! Cuando estamos tristes hay música que nos acompaña y si necesitamos levantar el ánimo, solo tenemos que cambiar el disco. Hay música que nos invita a bailar y otra que nos arrulla al escucharla, hay música para cuatro intérpretes y música para la orquesta entera. La música llena nuestras vidas desde que somos bebés ya que los bebés tienen la capacidad de responder a melodías antes que a una comunicación verbal de sus padres, de ahí que las mamás (y algunos papás también) cantemos por instinto. Quizá solo tarareamos, pero ahí está.

Si te pones a pensar en tu vida, estoy segura de que todos podríamos relatarla a través de la música que escuchamos en las distintas etapas que vivimos. Podríamos formar una banda sonora que conformara nuestra vida entera y, muchas veces, al escuchar una canción, viajamos automáticamente a un momento de nuestra vida que nos marcó especialmente en el que esa canción estaba sonando. De ahí su importancia, tanto emocional como mental. Se sabe que, cuando escuchamos música, las áreas claves que se ven involucradas son las del control y la ejecución de movimientos. Una de las hipótesis postula que esta es la razón por la que se desarrolló la música: para ayudarnos a todos a movernos juntos, lo que se considera un beneficio evolutivo porque cuando la gente se mueve al unísono tiende a actuar de forma más altruista y a estar más unida. La unidad es lo que nos hace fuertes e invencibles, no la individualidad. “Divide y vencerás” decía Julio César (o Filipo de Macedonia, vete tú a saber), pero el caso es que así es, un individuo solo no hace nada, es hacer comunidad lo que nos salva. Pero este es otro tema.

Y, como no podía ser de otra manera, el área de la salud también se vale de la música porque puede ser una herramienta poderosa en el tratamiento de trastornos cerebrales y lesiones adquiridas ayudando a los pacientes a recuperar habilidades lingüísticas y motrices, ya que activa a casi todas las regiones del cerebro.

*Información extraída de este artículo

En fin, que qué haríamos sin la música, ¿no? Pues precisamente a escuchar música es a lo que nos invita la Escuela de Música Maestro García Navarro. El sábado 15 de febrero a las 18h en el cine-teatro municipal Astoria, se celebrará un concierto en beneficio de la asociación Músicos Sin Fronteras. La entrada solo cuesta 3€ y no solo lo pasaréis bien (incluso puede ser un regalo genial de San Valentín, regala experiencias no cosas) sino que además estaréis colaborando a mejorar la vida de mucha gente. En el acto participará toda la escuela: la banda juvenil, la banda escolar, la orquesta, el coro y los profesores con la inestimable colaboración de los músicos de la banda.

Podéis adquirir vuestras entradas en la Escuela de Música Maestro García Navarro todas las tardes de 17h a 20:30h.

¡Nos vemos allí!